lunes, 18 de noviembre de 2013

Muñecas a Trozos

Ahora que se inauguran fuentes en el centro, y atunes-veleta… ahora precisamente, me apetece reivindicar la mejor escultura sobre el espacio público de Chiclana. En mi opinión, claro; que es lo mismo que decir nada.
Es una mano de artista que surge del suelo (de Chiclana), sobre la que se va dibujando, como evoluciona un boceto, una muñeca con forma de mujer andaluza. La mano quiere ser la de José Marín; y al él y a las mujeres está dedicada la escultura.
No puede escribirse de nuestro pasado reciente sin hablar de Marín. Pero voy a hacerlo a mi manera. A ver qué os parece:…
Viajemos a una noche de primavera de 1976. En un cuarto de azotea de una casa de Chiclana, dos jóvenes mujeres, en edad de juntar para casarse, siguen en el cuarto pasadas las diez de la noche… Abrimos la puerta, que está solo encajada. Debajo de dos bombillas y del techo de uralita, nos sorprende ver montañas de pequeños trajes de flamenca a medio hacer. Colores llamativos, montones y montones de sacos de tela, algunos abiertos y desparramados. Otros preparados para llevarlos a la fábrica. A la derecha, montones de cabezas de muñecas, pequeñitas, sin pintar todavía. Debajo de todo aquello, sin sitio para moverse y rodeadas de su faena, Pepi y María.
La primera está montando volantes, hilvanando para después coser con la máquina. María raspa cabezas. Con un cristal afilado elimina la junta de plástico que el molde ha dejado como una cicatriz en la cabeza de la gitana. Con un movimiento rápido y preciso raspa lo justo para que desaparezca cualquier rastro. Rápido, a cabeza por segundo, va cogiendo de un saco y echando a otro, como un autómata.
Las dos hermanas hablan sin apartar los ojos de la faena; esta semana han cogido mucho trabajo, y van a ganar un dinerito. Se ríen por lo bajo. Sus novios respectivos acaban de irse. Es normal que vengan a pelar la pava mientras ellas trabajan. Y que los cuñados se sienten cerca de sus respectivas y ayuden en la faena. También es normal, que por debajo de tanta tela de colores, alguna mano busque un muslo, esperando que sea el de la hermana correcta… de esto último se ríen las hermanas mientras una hilvana el plisado de los volantes, y la otra raspa cabezas de muñeca.
Llega otra visita. Su prima Isabel, que es más joven. Se sienta, y nada mas saludar se mete en faena con toda naturalidad. Va a ayudar a Pepi, que va más atrasada… Quizás coja el puesto de Pepi cuando ésta se case. Si es que lo deja… bueno, ya veremos.
La más joven pregunta a sus primas… Y aparte de esto, ¿Qué otras faenas se hacen en las casas?... Muchas. Hacer las pelucas, montar los trajes…  Antes se hacían también cuerpos de serrín… ¿De serrín?... Bueno, de trapo lleno de serrín. Ahora se hace menos. Porque ya casi todo va en plástico… Los cuerpos de serrín había que atarlos con alambre por la cintura. Luego se vestían…
Y, ¿Qué es lo más difícil?... Yo creo que pintar las caras, porque hay que pasar cinco veces por cada cabeza. Primero el negro de las cejas y del filo de los ojos. Luego hay que pegar el ojo, que es como una pequeña escamita blanca. ¡Hay que tener un pulso y una paciencia!... Luego el azul, el rosa, el rojo de los labios… es lo más difícil… Además, el propio Pepe Marín es el que revisa las caras pintadas… ¿El dueño?... Si el dueño; él está mucho en la fábrica; y habla con nosotras… Fíjate, ¡Qué hombre más sencillo!... Pues yo me enterao que hace dos años ganó el primer premio mundial de muñecas en Polonia… Bueno, y acaban de darle la medalla al trabajo de toda España entera…
Y, Las muñecas de trapo y serrín, ¿De qué tenían la cabeza?... De barro. Todavía las hacen los sevillanos con un molde. Después se secan y se meten al horno. Había que pintarlas enteras… eran más endebles, pero a mí me gustaban más… en fin, ahora casi todas son de plástico.
La más joven pregunta sin parar… Y… ¿Se gana mucho?... ¡Hija depende de lo que hagas!... Esta ha ganado esta semana más que el novio… ¿Más que el novio?... Pero hija, ¿Cuántas horas he echao?... Muchas, la verdad…
Pero, no te creas tú, que todo no es tan bonito… Algunas veces nos echan el trabajo para atrás… Porque tenga faltas, o no esté bien terminado… Bueno, bueno, depende de lo malaje que sea el que te toque… También es verdad, porque fulano es un sieso.
Mira, además, algunas veces te dan anticipos… ¿Anticipos?... Si, el lunes hablé con Antonio Marín… ¡Qué formal y que serio es ese muchacho!... Y está siempre en la fábrica, porque yo tengo que llegar hasta el fondo para coger las cabezas, donde está la máquina del plástico; y me ando la fábrica entera. Y siempre está allí… Bueno, y qué le dijiste… Le pedí un anticipo de cinco mil pesetas para la entrada de una tele para mi padre… Yo le dije la verdad… Que mi padre está malo, que le gusta los toros, que no puede verlos en la tienda y que quiero comprarle un televisor… ¿Qué te dijo?... Fue a la oficina y me trajo cinco mil pesetas…
Con las cinco mil pesetas María le dio una entrada al Rey, el de los televisores, y su padre vio la corrida en su casa. Pepi le llevaba todas las semanas un buen dinero a Velita; tenía apartado el dormitorio, el romy del cuarto de baño, y un salón precioso. Cuando se casó, protegió los sofás con un forro, y en el salón era un lugar reservado a las visitas…  La verdad es que el Rey, Velita y el Cojo Calabaza, surtían a casi todas las Chiclaneras en edad de juntar para casarse… pero eso será otra historia.
Cada vez que se vendía una muñeca en Madrid o en París, venía dinero a Chiclana. Y los dineros de las muñecas hicieron mucho bien en la Chiclana de entonces. Hizo mucho bien el hombre que las creó, que las diseñó, y que se empeñó en que se fabricaran en su pueblo… Sería imperdonable olvidar a nuestros grandes hombres, que son nuestro ejemplo.


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